
La innovación curricular en la transformación de la educación técnico-profesional

La última jornada de Learn Chile en LACHEC 2020, este 27 de agosto, puso de relieve la educación técnico profesional chilena en el ámbito internacional. Un potente panel de académicos y especialistas nacionales abordó la Innovación Curricular como puente de transformación, aceleración y actualización de la formación técnico-profesional ante el desafío global de la industria: experiencias de Chile y Colombia y fue presentado por Juan Pablo Guzmán, rector IP-CFT Santo Tomás y presidente de Vertebral Chile; Carlos Díaz, rector de Duoc UC y Luis Eduardo Prieto, rector de INACAP Chile. A esta experiencia, se sumó la de Colombia, que fue relatada por Omar Lengerke, rector de las Unidades Tecnológicas de Santander y presidente de REDTTU Colombia, así como representantes de la industria de este país.
Las y los panelistas coincidieron en que la pandemia ha planteado un gran desafío al desarrollo de la educación técnico-profesional y que es necesario fortalecer un proceso de cooperación entre actores públicos y privados e, incluso, de la sociedad civil (Colombia); que es imprescindible implementar cambios curriculares que abran oportunidades a estudiantes nacionales e internacionales; que los docentes deben capacitarse y sumarse al cambio; y que esta transformación debe ir de la mano del desarrollo y apropiación de las tecnologías de la industria 4.0.
Guzmán (Santo Tomás) agregó que es fundamental el intercambio de estudiantes y docentes que amplíe los conocimientos y experiencias y les permita conectarse con una realidad regional y global. En este sentido, señaló que se debe afianzar el relacionamiento de las instituciones regionales y globales para exportar e importar experiencias formativas.
Prieto (INACAP) consideró que la cooperación entre instituciones debe sembrarse desde la enseñanza media, que se debe entablar una relación más cercana con los sectores productivos y se debe trabajar “codo a codo” con las empresas. “Debemos empezar a formar otro tipo de competencias como la facultad de emprendimiento”. También postuló que se debe “encantar” a los empresarios, para que se sumen al proceso de formación dentro de las instituciones.
Carlos Díaz (Duoc UC), por su parte, consideró que los desafíos son muchos y que los procesos para llevarlos a cabo serán de largo plazo. Visualizó la digitalización como uno de estos desafíos y planteó que las capacitaciones continuas en innovación y digitalización por parte del plantel docente son fundamentales, así como los vínculos que se establezcan con las empresas que, desde su punto de vista, están debilitadas debido a los efectos de la pandemia.
Alianzas colaborativas
La directora de Relaciones Internacionales de INACAP y presidenta de la Comisión Técnico Profesional de Learn Chile, Claudia Navarro, presentó un paper introductorio al mencionado panel en el que destacó los desafíos a los que se enfrentan actualmente las instituciones de educación superior (IES), en particular las técnico-profesional (TP). “El desafío es mantener actualizada su oferta en base a las competencias y estándares que requiere la industria, considerando, además, los cambios que éstas van experimentando de forma regular en un contexto social y tecnológico muy dinámico, tanto a escala local como global”, afirmó.
Para ello, considera que “es clave acelerar el mejoramiento y articulación de los procesos formativos y poner foco en el fortalecimiento y desarrollo de trayectorias formativas y laborales coherentes con las necesidades de las personas, la economía, la sustentabilidad y el territorio”. Así como lo es la articulación de un trabajo en red entre las instituciones académicas TP y las empresas y organismos representantes de la industria, junto con el Estado.
“Esta tríada -afirma- debe asumir un rol en el diseño colaborativo de un currículum innovador, pertinente y flexible, formando a los futuros trabajadores con las habilidades necesarias para ser competitivos en un espacio de trabajo crecientemente automatizado y cada vez más globalizado”. Es decir, la formación de profesionales capaces de desempeñarse en espacios de trabajo multiculturales e interconectados, independiente de la ubicación geográfica, conscientes del impacto de su actuación en el desarrollo sostenible global y el bienestar colectivo.
Eso requiere -apuntó- de un cuerpo de profesores altamente capacitados y actualizados en competencias laborales del siglo XXI, un desarrollo de investigación e innovación con base tecnológica y, sobre todo, que las instituciones establezcan vínculos con un espacio interconectado internacionalmente. Es decir, lo que se conoce como formación de ciudadanos globales.
En el caso de la movilidad estudiantil conocida hasta antes de la pandemia, ésta era una herramienta para adquirir dichas competencias globales durante los viajes y estadías en otros países. Sin embargo -para Navarro-, en el caso de los estudiantes TP, a excepción de las prácticas en el extranjero, las cifras de movilidad están “muy por debajo de aquellas de estudiantes de carreras universitarias tradicionales”. En esto inciden directamente las barreras financieras, idiomáticas e incluso curriculares (convalidaciones), así como el tiempo repartido entre el estudio y el trabajo de muchos de estos estudiantes.
Por lo tanto, para lograr la obtención de competencias transversales, en especial las de orden global, considera beneficioso el uso de metodologías de aprendizaje implementadas a través de la colaboración internacional y la internacionalización del currículum. Y agregó que: “La cooperación internacional, además, puede aportar acelerando esta disminución de brechas y ampliando las oportunidades de colaboración en ámbitos más desarrollados en otras áreas del mundo”.
De allí que Navarro destacó el rol de la tecnología en este momento, como un vehículo “eficiente y democratizador”. Aunque señaló que su implementación requiere de una alta inversión por parte de las instituciones TP para que estas tecnologías estén al servicio de currículums innovadores, que aporten a la actualización de los estudiantes y su apresto laboral: didácticas de simulación y realidad virtual, robótica y automatización para capacitar en los aspectos técnicos y procedimentales requeridos por la industria. Así mismo -comentó-, se debe considerar la capacitación y actualización tecnológica de los profesores para que cumplan con su rol educador en este ámbito.
Sostuvo que las alianzas colaborativas y los proyectos concretos entre instituciones de educación TP y las empresas, son fundamentales para solventar esta inversión y disminuir las brechas de relevancia: “A través de proyectos conjuntos, generación de redes, virtualidad, colaboración internacional e internacionalización del currículum como vehículos de la innovación, se puede llevar a cabo de forma acelerada, la transformación y actualización de la formación técnico-profesional, no solo localmente sino también a nivel regional”.